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Elegua era hijo de Okuboro, rey de Añagui. Un día, andaba con su séquito y vio una luz brillante con tres ojos, que estaba en el suelo. Al acercarse vio que era un coco seco. Elegua se lo llevó al palacio, le contó a sus padres lo que había visto y tiró el coco detrás de una puerta. Poco después todos se quedaron asombrados al ver la luz que salía del coco. Tres días más tarde, Elegua murió. Todo el mundo le cogió mucho respeto al coco, que seguía brillando, pero con el tiempo, la gente se olvidó de él. Así fue que el pueblo llego a verse en una situación desesperada y cuando se reunieron los viejos, llegaron a la conclusión, de que la causa estaba en el abandono del coco. Este, en efecto se hallaba vacío y comido por los bichos. Los viejos acordaron hacer algo sólido y perdurable y pensaron en colocar una piedra de santo en el lugar del coco, detrás de la puerta. Este fue el origen del nacimiento de Elegba como orishá. Atributos: A Elegua se le atribuye todo tipo de objeto utilizado en los juegos infantiles: papalotes, pitos, bolas, soldaditos, así como todo tipo de llaves, machete, garabato, sombrero de guano, artes de caza y pesca, pepitas de oro y monedas de plata, palos de monte, bejucos, escopetas y cananas, tarros de venado, cocos secos decorados, porrón, tarros de chivo. Pattaki de Oggún Oggún, el dueño del hierro, es irascible y solitario. Oggún estaba enamorado de su madre y varias veces quiso violarla, lo que no consiguió gracias a la vigilancia de Elegba. Un día Oggún se las arregló para conseguir su propósito, pero, para su desgracia, Obatalá lo sorprendió. Antes de que éste pudiera decir nada, Oggún gritó: Yo mismo me voy a maldecir." Mientras que el mundo sea mundo lo único que voy a hacer es trabajar para la Ocha". Entonces se fue para el monte sin más compañía que sus perros, se escondió de los hombres y ningún orishá que no fuera Ochosi su hermano, el cazador, consiguió verlo. Atributos: En general, todos los hierros, machetes, palas, picos, martillos, yunques, guatacas, rastrillos, barretas, hoz, guadañas, serruchos, clavos, cuchillos y lanzas, pistolas, etcétera.
Ochosi es el mejor de los cazadores, y sus flechas no fallan nunca. Sin embargo, en una época nunca podía llegar hasta sus presas porque la espesura del monte se lo impedía, desesperado fue a ver a Orula, quien le aconsejó que hiciera ebbó. Ochosi y Oggún eran enemigos porque Echu había sembrado cizaña entre ellos, pero Oggún tenía un problema similar. Aunque nadie era capaz de hacer trillos en el monte con más rapidez que él, nunca conseguía matar a sus piezas y se le escapaban. También fue a ver a Orula y recibió instrucciones de hacer ebbo. Fue así que ambos rivales fueron al monte a cumplir con lo suyo. Sin darse cuenta, Ochosi dejó caer su ebbó encima de Oggún. Tuvieron una discusión fuerte, pero Ochosi se disculpó y se sentaron a conversar y a contarse sus problemas. Mientras hablaban a lo lejos pasó un venado. Rápido como un rayo, Ochosi se incorporó y le tiró una flecha que le atravesó el cuello dejándolo muerto. «Ves —dijo Ochosi—, yo no lo puedo coger». Entonces Oggún cogió su machete y en un abrir y cerrar de ojos abrió un trillo hasta el venado. Muy contentos, llegaron hasta el animal, y lo compartieron. Desde ese momento convinieron en que eran necesarios el uno para el otro y que separados no eran nadie, por lo que hicieron un pacto en casa de Orula. Es por eso, que Ochosi el cazador, siempre anda con Oggun el dueño de los hierros. Atributos: Todo instrumento relativo a la caza y a la pesca, tarramentas de venados y trofeos de cacería. Pattaki de Osún Osún era vigilante de Obatalá. Obatalá vivía con su mujer Iemú y sus hijos: Oggún, Ochosi, y Elegba. Oggún estaba enamorado de su madre y varias veces estuvo a punto de violarla, pero Elegba siempre le avisaba a Osun quien venía y lo regañaba. Entonces Oggún echó a la calle a Elegba, y le dio montones de maíz a Osun para que no lo delatara, Osun comía y luego dormía, mientras Oggún disfrutaba de su madre, Elegba se lo contó a Obatalá, que no lo quería creer, pero al otro día volvió más temprano. Obatalá vio a Osun acostado y a Oggún abusando de su madre, y llego a su casa furioso. Fue cuando Oggún se maldijo a si mismo y Obatalá le dijo a Osun: «Confiaba en ti y te vendiste por maíz». Entonces nombró a Elegba su vigilante. Catolización: San Juan Bautista (24 de junio en La Habana. Treinta años antes del nacimiento de Jesús, comenzó su misión predicando el bautismo en las márgenes del río Jordán, llegó a bautizar al mismo Jesús, ocasión en que se le apareció una paloma en representación del Espíritu Santo. Llegó a ser conocido y respetado, pero cuando le preguntaron si era el Redentor, dijo que estaba por venir otro más poderoso que él. Por entonces Herodes, rey de Judea se había enamorado de Herodías mujer de su hermano y madre de una bella joven llamada Salomé. Cuando el hermano de Herodes murió éste se casó con Herodías. Juan denunció esto como pecado y Herodes furioso, lo puso preso. Herodías quería, la muerte de Juan, pero el rey deseaba evitar resentimientos políticos y no accedió. Herodías dedicó entonces su capacidad de intriga para conseguir la muerte del Bautista. A Herodes le gustaba ver bailar a Salomé quien no solía complacerlo para no activarle demasiado la imaginación. Instigada por su madre, Salomé consiguió que Herodes le prometiera darle lo que quisiera si accedía a bailar para él. Después de complacerlo le exigió la cabeza de Juan, obligado por la promesa y seguramente ansioso por librarse del fastidio de Herodías, el rey de Judea le presentó a Salomé la cabeza del Bautista en una bandeja de oro. Juan el Bautista tiene una gran significación para la Iglesia. Mientras que las fiestas de los otros santos se celebran en el día de su muerte, la de Juan se conmemora en el de su nacimiento puesto que vio la luz libre del pecado original. Pattaki de Obatalá En el principio de las cosas, cuando Olordumare bajo al mundo, se hizo acompañar de su hijo Obatalá. Debajo del cielo, sólo había agua. Entonces Olordumare le entregó a Obatalá un puñado de tierra y una gallina. Obatalá echó la tierra formando un montículo en medio del mar. La gallina se puso a escarbar la tierra, esparciéndola y formando el mundo que conocemos. Olofi también encargó a Obatalá para que formara el cuerpo del hombre. Así lo hizo y culminó su faena alineándole la cabeza sobre, los hombros. Es por eso que Obatalá es el dueño de las cabezas. Atributos: Dueño de la plata y los metales blancos. Tiene una corona con plumas de loro, sol y luna, seis manillas, algodón, una bandera blanca, campana de plata. Dueño de la ceiba, su vellón es su algodón y su rama se utiliza para el trono de su Iyawo. Pattaki de Iemayá Al principio aquí abajo sólo había fuego y rocas ardientes. Entonces Olofi, quiso que el mundo existiera y convirtió el vapor de las llamas en nubes. De las nubes bajó el agua que apago el fuego. En los huecos enormes entre las rocas se formó Olokun, el Océano que es terrible y a quien todo el mundo teme. Pero el mar también es bueno, porque es la fuente de la vida, y el agua hizo venas en la tierra para que la vida se propagara. Esa es Iemayá la Madre de las Aguas. Atributos y herramientas: Sol, Luna llena, ancla, salvavidas, bote, siete remos, siete aros, llave, estrella, siete aros de plata. Estos objetos elaborados en plata, acero, lata o plomo. Iruke adornado con cuentas azules y blancas. Campanita que se utiliza para saludar y para que preste atención cuando se habla con ella. Abanico con varillaje de nacar y oro, adornado con cuentas y caracoles. Pattaki de Ochún Ochún, gustaba de pasearse por el monte. Un día Oggún, le vio pasar y sintió que se le traspasaba el corazón. Impetuoso y brutal, corrió detrás de la que despertaba sus deseos, decidido a poseerla. Ochún, huyó asustada. Pero Oggún, enardecido y violento, estaba por darle alcance, cuando ella, desesperada, se lanzó al río. Arrastrada por el torbellino de la corriente, llegó hasta la desembocadura donde se tropezó con Iemaiá, que la tomó bajo su protección, y le regaló el río para que viviera. Por eso es que Ochún vive en el río y quiere tanto a Iemaiá. Atributos: Abanicos de sándalo o pluma de pavo real, pececillos, camarones, conchas, botecitos, espejos, joyas, corales marinos, sábanas, paños bordados y todo objeto propio del tocador femenino.
Aggayú, el dueño del río, tuvo amores con Iemaiá y de ellos nació Changó. Pero Iemaiá no lo quiso y Obatalá lo recogió y lo crió. Al reconocerlo como hijo, le puso un collar blanco y punzó. Dijo que sería rey del mundo y le fabricó un castillo. Se casó con Obba, pero también vivía fijo con Oyá y Ochun. Oyá como se sabe, era la mujer de Oggún, pero se enamoró de Changó y se dejó robar por él. Este rapto dio origen a una guerra tremenda entre Changó y Oggún. Cuentan que como Changó peleaba y no tenía armas, Osain, que era su padrino, le preparó el secreto del guiro. Cuando lo tocaba con el dedo y se lo llevaba a la boca, podía echar candela por ella. Con eso vencía a sus enemigos. Cuando se oye tronar, se dice que es porque Changó anda de rumbantela con sus mujeres o que cabalga por el cielo. Atributos: Hacha petaloide, de doble filo o bipene, copa, espada, acheré de jicotea, caballo moro, pandereta, bandera rojo brillante. Pattaki de Asojano (Babalú Ayé) Babalú Ayé era muy mujeriego. Andaba continuamente de parranda, todo el mundo le perdió el respeto y la misma Ochún, que era su mujer, lo abandonó. Un Jueves Santo, Orula le advirtió: Hoy domínate y no andes con mujeres. Sin hacer caso del consejo de Orúmbila, esa noche se acostó con una de sus amantes. Al otro día amaneció con el cuerpo todo cubierto de llagas purulentas. La gente huía de él porque le tenía miedo al contagio y sólo lo seguían algunos perros a los que gustaba lamerle las llagas. Por mucho que suplicó, Olofi se negó a perdonarlo y al fin, Babalú Ayé murió. Pero a Ochún le dio lástima, y gracias a sus ardides consiguió que Olofi le devolviera la vida. Ahora Babalú Ayé sabía bien lo mucho que sufren los enfermos y por eso regresó tan caritativo y misericordioso. Atributos: Un manojo de varetas de palma de corojo o de coco que en su extremo inferior están atadas con una tela de saco. Se le añaden cauris y cuentas, para adornarlos. También telas de saco, y cualquier implemento propio de los impedidos. Igualmente perros, de culquier tipo de material, que sean blancos y con manchas amarillas. Pattaki de Aggayú Aggayuú Solá era un gigante poderoso y temido, el dueño del río que se precipitaba desde lo alto. Acostumbraba ayudar a cruzar la corriente, pero siempre exigía que le pagaran. En cierta ocasión le hizo el favor a Iemaiá,quien no tenía con que pagarle y tuvo que acostarse con él para contentarlo. De esta unión nació Changó, aunque Aggayú no supo nada. El gigante era tan temido que dejaba la puerta de su casa abierta de par en par, aunque la tenía abarrotada de viandas y frutas; nadie se hubiera atrevido a entrar. Un día, sin embargo, Changó que es muy fresco,se metió en la casa, se lo comió todo y hasta se acosto a dormir en su misma estera. Cuando Aggayú volvió del campo y vio el espectáculo, sin pensarlo dos veces agarró a Changó y lo tiró dentro de una hoguera, que por supuesto, no ardió. Entonces lo cargó y lo llevó a la orilla del mar para ahogarlo, pero Iemaiá apareció y, le hizo saber, que era su propio hijo. En cierta ocasión Changó pasó por un pueblo y vio que la gente andaba como los zombies. Changó se empeñó en saber quién era el rey del pueblo y, tras muchos. esfuerzos, descubrió que era Aggayú y fue a verlo. Para qué tú quieres saber quién es el rey?, dijo Aggayú encolerizado y Changó le contestó: Papa, es que este pueblo no puede tener a la cabeza un rey tan fuerte. Todos andan muy mal, no oyen, no contestan, no hablan. No quiero que sigan sufriendo. Fue así como se pusieron de acuerdo y, desde entonces, Changó va a la cabeza y Aggayú a los hombros. Es por eso que los hijos de Aggayú tienen esa perfecta comunión con Changó. Atributos: Hacha bipene roja y blanca, adornada con abalorios amarillos, rojos y azules. Dos cuernos de novillo y dieciséis mates. Otras deidades Los seres humanos y otras criaturas sensibles también se consideran por tener su propia deidad del destino individual, llamado "Ori", que es venerado a través de una escultura decorada simbólicamente con conchas. Tradicionalmente, se cree que los padres muertos y otros ancestros poseen poderes de protección sobre sus descendientes. Esta creencia es expresada en el culto y el sacrificio sobre la tumba o símbolo del ancestro, o como una comunidad en la observación del festival de Egungun, donde los ancestros son representados como hombres enmascarados coloridamente en representación de los espíritus ancestrales. Los padres difuntos o los ancestros con comúnmente venerados poniendo abono a la tierra y rompiendo nueces de cola en su honor en ocasiones especiales. Una porción significante de la población sigue la religión tradicional llamada Ifá, o consulta con el clero de adivinadores tradicionales conocido como babalawo, o "Padre de los secretos." La mayoría de los yorubas contemporáneos son cristianos o musulmanes, con congregaciones indígenas con la mayor membresía entre la cristiandad.
Los misterios de naturaleza y su existencia han sido cultivados por todo el mediante las costumbres religiosas por el primer antepasado humano. A aquellos antepasados que han sido la encarnación de la humanidad y se les elevan a un estado divino, para honrarlos y seguir con sus costumbres. Estos primeros antepasados dan clases a su descendientes de como entender el mundo esotérico y los caminos de las fuerzas invisibles para sostener la dinámica continua de existencia dentro de la Naturaleza. Estos primeros antepasados se hicieron representantes de aquellas fuerzas invisibles espirituales y fueron llamados de distintas formas por su descendientes según su lengua, región y los significados de sus culturas, siendo este nombre lo que los representa dentro de la adoración de los misterios de Naturaleza y la existencia. Esta encarnación humana de los primeros antepasados ayuda a distinguir el aspecto diverso y las influencias de las manifestaciones de Iya Nla. Iya Nla es la disciplina sabia que nos enseña que si superamos el conocimiento de la forma física y permitirnos fluir la esencia de Awon Iya Wa ("nuestras madres") la preocupación maternal nos hará capaces de tener acceso tanto a la forma de las Fuerzas en la Naturaleza como la sabiduría de nuestros primeros antepasados. Si aprendemos a desarrollar una relación en curso dentro de la armonía de la creación para desarrollar la sensibilidad de estas fuerzas, ellos asumen que lograremos las características de nuestro 'Imale o Irunmole particular, primeros antepasados africanos que fueron elevados al grado de orishás. Los aspectos, caminos, manifestaciones, papeles, atributos, conceptos, nombres de alabanza de Iya Nla están relacionados directamente con su capacidad y autoridad para curar crear la voluntad o destruirla. Iya Nla es la energía autosuficiente que da la vida y la armonía sobre la tierra, dotada por herencia en atributo a sus hijas los regalos infinitos y eternos del mecanismo Õrõ (Egúngún), Eleiye (la fuerza que da el poder y capacidades místicas) para intensificar la causa, el efecto y los cambios. Con estos regalos un Ìyá Àjé es capaz de tinar el poder terrestre y astral de curar, maldecir o causar la justicia vengativa sobre alguien que falte el respeto a la mujer y la maternidad. Ìyá Nlá es la matriz sagrada que da la vida; ella es la entrada a la existencia y el origen de los mecanismos biológicos, manifestados en cada mujer.
La mitología yoruba incluye otras entidades además del orishá, como los egbere.
Los yorubas creen en la reencarnación. Este hecho puede verse reflejado en que a veces llaman a hijos Babatunde ("el Padre vuelve") o a las hijas Yetunde ("la Madre vuelve"). También dan una enorme importancia al culto de los antepasados, el cual en su conjunto se denomina Egúngún.
Muchos nativos yoruba fueron tomados y llevados como esclavos a Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, Brasil, Venezuela y principalmente en el siglo XIX (tras la caída del Imperio Oyo y por lo que la región se vio sumergida en una guerra civil), llevando sus creencia religiosas con ellos. Estos conceptos fueron combinados con la preexistencia de cultos africanos, el cristianismo, la mitología americana nativa, y el espiritismo Kardecista en varios linajes yoruba fuera de África, creándose diversas manifestaciones: Santería (Cuba) la religión de Haití, fue fundada por esclavos de diferentes grupos étnicos (el los pueblos que comparten el Gba como rango linguístico, los modernos Benín, Togo y Ghana), pero posee muchos elementos derivados de la mitología yoruba. Además, el autor Ed Morales ha demostrado que la mitología de yoruba jugó una parte en la primera época de la música blues americana, citando al guitarrista de blues Robert Johnson en su Cross Road Blues cuando afirma: «Una dedicatoria velada en finos sesgos a Eleggua, la orishá responsable de los cruces de caminos» (Robert Johnson, Cross Road Blues).
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